viernes, 23 de diciembre de 2011

One million.


A veces, una simple canción puede hacernos recordar un millón de infinitos e íntimos recuerdos que creíamos olvidados, para devolverlos a la realidad en la que nos encontramos como si fueran a hacernos nuestra existencia mucho más apetecible. Decidimos beber de ella, decidimos no dejar de pensar en todos los retrazos que encontramos en nuestro más profundo interior.
Y lloramos. Desconsoladamente. Lloramos por lo que hemos perdido y por lo que nunca ganamos. Derrochamos lágrimas y tiempo en darnos cuenta de que todo ha cambiado y de que los gorriones nunca volverán a volar sobre nuestras casas. Suspiramos por todas aquellas noches de invierno perdidas en la nada, bajo las sábanas. Bajamos la mirada frente a ellos, frente a los que ya no están, frente a los que ya se han ido. Rompemos en trizas nuestros pilares, tan sólo durante un segundo, para poder, para volver a recordar quiénes éramos en realidad. Y los devolvemos a la vida para morir, para vivir en esa realidad tan fría en la que todos nos hemos encerrado.


Feliz Navidad a todos :)

7 comentarios:

  1. En Navidad siempre recordamos las cosas más tristes. Es una época bonita, pero la más triste del año...
    Lo mismo digo :)

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  2. Increible, precioso. Los pelos de punta!! :D
    Feliz Navidad. Besos

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  3. Tras años y años de intento de comentar... xD ya lo he conseguido xD soy parda :D

    Me encanta como escribes *-* eres todo amor

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  4. Qué preciosidad. Me enamoras, ¿sabes? Me parece tan profunda tu entrada, es que la siento muy dentro, porque yo creo que todos hemos hecho lo que dices alguna vez. Y lo peor de todo es que es en esta época del año cuando más te acuerdas, cuando más echas de menos a los que no están o están, pero lejos. Pero tenemos que ser fuertes, y no vivir del pasado, aunque cueste.
    No dejes de mirar hacia adelante, ¿vale? Cuena conmigo :)
    Feliz Navidad ^^
    Un besazo :)

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  5. No sirve de nada llorar por lo que hemos perdido, pero, aunque sea triste... lo seguiremos haciendo una y otra vez. Hasta explotar de nostalgia, de ira, de melancolía malherida. Y es que es tiempo de recordar lo vivido y seguir hacia adelante. Y duele, claro que duele, nos destrozan por dentro los besos que ya no daremos nunca más. Las sábanas que una vez no fueron tan frías. O las sonrisas que ya no están.

    Pero, Kay, eres fuerte. Todos, en el fondo, lo somos. ¿No? Nos merecemos ser felices.

    Así que levántate, y dedícale una sonrisa a aquellos que alguna vez te hicieron feliz. Aunque ya no estén.

    PD: Feliz Navidad.
    J.

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  6. que profundo >-< me gusta muuuchio como escribes (te tomaré como ejemplo jajajja) en fin, feliz navidad :)

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  7. Kay ya echaba de menos leerte.
    Es un texto precioso, como todos.
    Un beso:)

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