miércoles, 13 de octubre de 2010

Mi única esperanza.

Nunca he sido una persona que dependa de los demás. Nunca me ha gustado tener que estar añorando a nadie, o queriendo estar a su lado a cada segundo que pase. Pero ante todo, soy persona. Y hay cosas que no puedo evitar. En aquel momento dije Sí. En aquella milésima de segundo, pedí en mi interior que no te fueras nunca. En aquel pestañeo, juré a mí mismo que no perdería esta batalla. Eres como esa pequeña droga a la que te vas enganchado poco a poco. Tus brazos, como torres a mi alrededor. Tus labios, la medicina que necesito para poder llegar a ser feliz. Tu presencia, lo que me reconstruye por dentro. No quiero perder esta batalla, pues esto acaba de empezar. No voy a perder esos abrazos, esos besos, esas miradas. No voy a olvidar estas memorias. No voy a olvidar el tacto de tu piel, ni las arrugas de tus ojos cuando sonríes. No, no lo pienso hacer. Pienso agarrarme a ti como si me fuera la vida en ello. Pienso luchar hasta que me quede sin aire. Y todo esto, por alguien como tú.

Mañana me paso por vuestros amores, ahora me toca ponerme a estudiar de nuevo. Os quiero.

9 comentarios:

  1. Ay! Es precioso :)
    Relax...
    Chispas de Felicidad!

    D!SFRUTA!!

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  2. magico siempre hay que luchar hasta que se agoten los motivos nos falten las razones


    Saludos!°

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  3. Preciosa entrada. A veces nos traicionamos a nosotros mismos pero en ocasiones, puede que merezca la pena ^^

    Besos

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  4. Yo vivo repitiéndome que estoy con esa persona por que la quiero no porque la necesito.
    Pero lo que entiende el cerebro a veces no lo entiende el corazón.

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  5. Yo ni siquiera soy capaz de dar comienzo a la batalla.

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  6. Que inspirador, te quedo bello, me gusta las comparaciones que haces, hermoso blog, te sigo =) Te invito al mio http://noestoyniparatiniparanadie.blogspot.com/

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