Nunca he sido una persona que dependa de los demás. Nunca me ha gustado tener que estar añorando a nadie, o queriendo estar a su lado a cada segundo que pase. Pero ante todo, soy persona. Y hay cosas que no puedo evitar. En aquel momento dije Sí. En aquella milésima de segundo, pedí en mi interior que no te fueras nunca. En aquel pestañeo, juré a mí mismo que no perdería esta batalla. Eres como esa pequeña droga a la que te vas enganchado poco a poco. Tus brazos, como torres a mi alrededor. Tus labios, la medicina que necesito para poder llegar a ser feliz. Tu presencia, lo que me reconstruye por dentro. No quiero perder esta batalla, pues esto acaba de empezar. No voy a perder esos abrazos, esos besos, esas miradas. No voy a olvidar estas memorias. No voy a olvidar el tacto de tu piel, ni las arrugas de tus ojos cuando sonríes. No, no lo pienso hacer. Pienso agarrarme a ti como si me fuera la vida en ello. Pienso luchar hasta que me quede sin aire. Y todo esto, por alguien como tú.
Mañana me paso por vuestros amores, ahora me toca ponerme a estudiar de nuevo. Os quiero.
:)
ResponderEliminarBuena.Entrada!
Ay! Es precioso :)
ResponderEliminarRelax...
Chispas de Felicidad!
D!SFRUTA!!
magico siempre hay que luchar hasta que se agoten los motivos nos falten las razones
ResponderEliminarSaludos!°
Preciosa entrada. A veces nos traicionamos a nosotros mismos pero en ocasiones, puede que merezca la pena ^^
ResponderEliminarBesos
Genial, como de costumbre :)
ResponderEliminarYo vivo repitiéndome que estoy con esa persona por que la quiero no porque la necesito.
ResponderEliminarPero lo que entiende el cerebro a veces no lo entiende el corazón.
Yo ni siquiera soy capaz de dar comienzo a la batalla.
ResponderEliminarQue inspirador, te quedo bello, me gusta las comparaciones que haces, hermoso blog, te sigo =) Te invito al mio http://noestoyniparatiniparanadie.blogspot.com/
ResponderEliminarEso es amor...
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