Ese momento en el que ya no quedan lágrimas que derramar,
en el que tus manos vacías, rotas y moradas no podrán sostener nada jamás. Ese
momento en el que te das cuenta de que no tienes nada por lo que luchar. Ese
momento en el que te das cuenta de que lo diste todo por nada, que ofreciste el
corazón al viento; ese momento en el que
viste que se fue sin más. Ya no sientes, ya no sigues. Aún de pié en el borde,
aún con fuerzas para seguir adelante, decides helarte, hundirte, morir en el
interior, recordar cosas que no volverán, registrar páginas borradas en el
tiempo. Un ente atrapado en el pasado, en lo que nunca fue, en lo que ya se ha
ido. Eras tanto y ahora nada. Soy.
Y, sin embargo, me limito a mirar, a esperar. Aprendí a sonreír cuando todo iba mal, a alzar la cabeza con el corazón en luto. Son las heridas de la batalla, aquellas que nunca van a sanar. Son todas las cosas por las que caí, por las que morí.
Y, sin embargo, me limito a mirar, a esperar. Aprendí a sonreír cuando todo iba mal, a alzar la cabeza con el corazón en luto. Son las heridas de la batalla, aquellas que nunca van a sanar. Son todas las cosas por las que caí, por las que morí.
Y, sin embargo, soy. Algo. A medio camino. Pero soy.
Claro que eres, otro iluso que lo da todo, como tantos. Recuperate pronto, alguien necesitara ese corazon :)
ResponderEliminarbesos
Pero eres.
ResponderEliminarMe encanta (:
Sonrisas espolvoreadas!
Sigue siendo.
ResponderEliminarA veces, el unico modo de no perderlo todo es ese.
Ya sabes, "no estamos solos, nos tenemos a nosotros mismos".
Ola!! tu blog está genial, me encantaria enlazarlo en mis sitios webs. Por mi parte te pediría un enlace hacia mis web y asi beneficiar ambos con mas visitas.
ResponderEliminarme respondes a munekitacate@gmail.com
besosss
Emilia