sábado, 18 de diciembre de 2010

Una brújula sin su norte no es nada, Elah.

Puede que Elah no supiera qué significaba todo aquello. Puede que Nie no quisiera entender lo que pasaba en aquellos momentos. Las dos estaban a ambos lados de la cama, dándose la espalda la una a la otra, como si fueran completas desconocidas, una situación que se repetía día sí y día también. Elah movía las manos con nerviosismo y Nie bajaba la cabeza mientras exhalaba un largo suspiro triste. No querían hablar, pero Elah tuvo que obligarse a sí misma.
-¿Qué nos está pasando?
-Puede que nos estemos perdiendo.
-Es imposible. Una brújula no puede perder su norte.
Nie alzó la cabeza y comenzó a llorar.
-No, pero si el imán que las une se acaba para siempre, ya no quedará nada que mantener.

7 comentarios:

  1. Es el corazón lo que está imantado. Si ella se va, te lo arrancan.

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  2. joer k bien scribes...
    si, las cosas acaban, los imanes dejan d funcionar aunk parezca imposible.
    t pasaste por mi blog d pensamientos?

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  3. =( Pues no dejen que el iman de pierda !

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  4. cuando no tenemos un destino definido no vale la pena seguir caminando.!!

    Besos lunaticos, q tengas una feliz navidad

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  5. Me ha gustado mucho este relato, es muy triste pero la comparación está muy bien.

    Besos!

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  6. Pero siempre se puede arreglar de alguna manera :)

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