lunes, 1 de febrero de 2010

A Michelle no le gustan los finales tristes.

Michelle estaba sentada en el centro de la cama, con la camisa de él, esa de color azul claro que tanto le gustaba. Se llevó las mangas a la nariz y aspiró su olor, ese olor a colonia de hombre, de las caras. El edredón negro tapaba sus perfectas piernas y sus cabellos rubios estaban algo despeinados de la noche anterior, esa noche de desenfreno como muchas otras.
Miró a la ventana, que estaba abierta de par en par. Un aire tibio y primaveral voló por la habitación, haciendo que Michelle sonriera y recordara la mañana en la que se le rompió el corazón y la confianza en la palabra de Adrien.
[Flash]
Era una mañana de esas de mayo, de las calurosas y agobiantes. Michelle bajó las escaleras de la facultad y entró en la cafetería, derrapando sobre sus converses rojas y frenando al reconocer a la persona que estaba delante.
Adrien se apoyaba en la barra de la cafetería, con aire socarrón. Llevaba una cazadora de cuero negro y la camisa abierta hasta el segundo botón, dejando entre ver su pecho perfecto, con un poco de bello moreno, algo normal en un hombre de treinta y dos años, al menos para Michelle. Adrien la miró y la desnudó con la mirada, con una sonrisa juguetona, antes de acercarse a ella y besarla con ternura. Ella lo miró, con los ojos abiertos de par en par.
-¿Qué haces aquí? -sonrió.
Él no respondió. Su gesto cambió, a un gesto triste y sombrío.
-¿Adrien? ¿Qué pasa? -Michelle se acercó un poco más a él y agarró su camisa con las manos.
-He venido para despedirme -dijo Adrien, por fin.
Michelle sintió como si le dieran una patada en el estómago.
-¿Despedirte? Te... te ibas dentro de dos o tres meses... no... puedes irte ahora. Mañana es mi cumpleaños. ¡Cumplo veintitres! No puedes irte -sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas y Adrien la abrazó.
-Tengo que irme, pequeña. Y no creo que vuelva. Te quiero, te amo con locura -se separó de ella un poco-, pero no quiero que vivas una relación así conmigo...
-¡Pero...!
Adrien la cortó con un beso lento y lleno de palabras que no se atrevía a decir. Palabras de amor. palabras que gritaban el miedo que sentía ante aquello. Palabras que escondían dolor.
Cuando se separaron el susurró en su oído.
-Confórmate con esto -se le hizo un nudo en la garganta y le revolvió un poco el pelo.
Tragó saliva y se marchó por la puerta, apretando los puños y la mandíbula, pues dudaba que volviera a ver a la chica a la que amaba. Porque no había muchas mujeres de veintitrés años que amaran a un hombre como él.
Michelle se quedó allí parada, sin saber que hacer, sientiendo el peso del mundo sobre sus espaldas. Y sientiendo como toda su vida se derrumbaba, como sus sueños desaparecía y como su corazón se rompía en mil pedazos. Y lo único que hizo fue llorar y resignarse. Pues no podía hacer nada. Nadie podía impedirlo. Y ella menos.
[Fin del Flash]
Michelle bajó la cabeza al recordar aquello y suspiró. Se levantó de la cama y se acercó a la ventana, para poner la mano en el cristal. En ese momento, alguien entró por la puerta. ella se volvió.
-¿El café lo quieres con leche, amor? -Adrien esbozó la mejor de sus sonrisas y la miró de arriba a abajo-. ¡Anda! Ya decía yo que no encontraba la puta camisa. Te queda genial, pequeña.
-Sí con leche -y se sonrojó-. Mu... muchas gracias.
Él le guiño un ojo y desapareció, silbando y dejando la puerta abierta.
Michelle suspiró y se colocó el pelo a un lado. Adrien había vuelto. No había podido soportar el estar lejos de ella, la soledad de su apartamento en Los Ángeles, lejos de las preciosas calles de Londres, de su clima y de su gente. De ella.
No podía confiar en su palabra. No confiaba en sus Te Amo, pero sabía que la quería, con locura, con pasión. Sabía que no podía vivir sin ella. Y con eso a Michelle le bastaba.
No quería que Adrien se fuera de nuevo. No quería volver a sufrir, pues a Michelle, la joven de los ojos esmeraldas, no le gustaban los finales tristes.
Pues ella la lo había vivido.

9 comentarios:

  1. Que angustia la de Michelle al ver que Adrien la dejaba
    y que alivio cuando se dio cuenta que era un sueño
    sigue escribiendo, un beso

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  2. Madre mia chico las has acertado todas haha...
    Michelle, mi sobrenombre. Mayo, mi cumpleaños. Converse rojas, las que tengo y las que son mis preferidas. 23 mi numero favorito. Café con leche, como me gusta. Adrian mi ex-novio(un cabron)

    No me gusta que me leas la mente... ahhaha
    Gracias por las palabras que has dejado en mi blog, eres muy dulce.


    Fiel seguidora en este instante, auqnue despues de desmostrar tus poderes mentales...


    pd: me gustaria ser esa Michelle, a la que aman...



    (L)

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  3. de nada ;) graciias x escribir cosas tan lindas :P

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  4. No pude evitar suspirar cuando leí que solo fue un sueño xD
    Me estaba empezando a emocionar y todo x3
    También me gusta como escribes >< ¡Te sigo!

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  5. No fue un sueño, es un recuerdo, pero vale! xD

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  6. No me extraña que no le gusten los finales tristes... ninguna película o libro dramático refleja con exactitud como te puedes llegar a sentir.

    Y aun así, tengo envidia de Michelle. Porque, al final, sus esfuerzos por mantenerse cerca de él dieron sus frutos. Porque, pese a las estúpidas razones que el pudiera haber tenido para irse, ha conseguido hacerle volver.

    Esperemos que esta vez lo consiga para siempre ^^

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  7. Lo ha vivido, pero al menos, ahora, está con su olor a flor de piel y un corazón pretendiendo hacerlo volver.

    Un abrazo!

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  8. Ya me parecía raro cuando leí los comentarios "sueño" ¿sueño? ... en fin!
    Me gusta un montón como está escrito aunque, es bastante triste lo que Adrien hizo...
    Un beso!

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