Bajo el viejo roble.

Una gota que cae en un lago en calma. Un bebé que nace en cualquier parte del mundo. Una lágrima que humedece una mejilla sonrojada. Un corazón que se rompe, que muere, que se aterra, que deja de amar. Sucesos que pueden no significar absolutamente nada o que pueden serlo todo.
Cuando dos ojos se encuentran, cuando dos miradas se conocen, algo nace. Cuando dos personas se hieren, cuando dos lazos de rompen, algo muere. Cuando el silencio predomina y la soledad nos ahoga bajo sus aguas oscuras, nos situamos en el ojo del huracán, en la calma que precede a la tempestad.
¿Pero ahora dónde estás? ¿Dónde te sitúas cuando todo por lo que has luchado ya no está? ¿Que pasa cuando todo lo que has amado, lo que has anhelado, lo que has soñado, se ha ido para siempre? ¿Cómo te sientes cuando te das cuenta de que todas las lágrimas derramadas no sirvieron de nada, de que todos los gritos lanzados en silencio no fueron escuchados por Nadie, de que todos los días, las semanas, los años tal vez, que luchaste por esa persona, ahora no son más que cenizas que se vuelan libres con el viento del Norte?
Es la calma que precede a la tempestad. Es el mundo al revés. El País de las Maravillas a través del espejo. Es el País de NuncaJamás rodeado de pesimismo, de tristeza, sin las voces de los niños que nunca quisieron ser mayores. Es la locura sana, es el amor doloroso, es el principio del final. Es el erros que todos, tarde o temprano, cometeremos algún día, destrozándonos por lo imposible, muriendo por lo inimaginable, perdiéndonos en los desconocido. Cuando todo lo que amaste, cuando todo por lo que luchaste, cuando todo por lo que un día llegaste a sonreír se va, ¿Qué es lo que harás?