martes, 16 de julio de 2013

Hagamos un pausa, digamos hasta luego.

¡Hola, frioleros! 

Aquí Kay Williams. Ha llegado el verano, las vacaciones, la piscina y las sonrisas. El tiempo libre. 
Hace casi ya tres años que mantengo este blog en uso -con más o menos actividad-. Y tengo que decir que he pasado muy buenos momentos con él -y muy malos-. 

En ente blog he derramado mis lágrimas y mis frustraciones, mis secretos, mis risas y mis alegrías. Tres años en los que han pasado demasiadas cosas a mi alrededor, tres años en los que la vida ha cambiado. Como yo lo hice.

Es por eso por lo que, Bajo el Viejo Roble, el blog que me ha acompañado desde hace tanto tiempo y tantos inviernos, hace una pausa. Una pausa para pensar, una pausa para calibrar mi propio destino. He decidido que necesito algo nuevo, algo diferente, dejar atrás el pasado. 

Y quería compartirlo con vosotros, porque sois los que de verdad habéis hecho este blog. Nunca pensé que habría tantas personas leyendo mis relatos, mis sentimientos. Nunca pensé que podría ayudar con tan sólo unas pocas palabras. Nunca pensé que conocería a amigos tan importantes y que viviría tantísimas sonrisas en mis labios. Vosotros, sois lo más importante que ha tenido este cuaderno. Vosotros, sois los que habéis construido esto. Gracias por todo.

Por eso, quiero que vengáis conmigo, en mi pequeña maleta, en mi pequeña cartera. He comenzado un nuevo proyecto, algo nuevo. Algo diferente. Algo cambiado. Y quiero se seáis parte de ello.




Gracias. Este blog no será suprimido ni abandonado, porque es demasiado cariño el que le tengo. Iré actualizando, pero será en Palabras Descafeinadas donde plasme todos mis pensamientos, para empezar una nueva etapa.

Espero veros por allí, no quiero echaros de menos demasiado tiempo.

Un abrazo helado para vosotros, preciosos.

K.

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