S de Secret

Qué bellos ojos los de aquel niño inocente. ¿Qué esconderían esos bellos ojos azules? Sus andares patosos eran graciosos. Su sonrisa era reconfortante. Sus hablares eran divertidos.

La manera en la que el pequeño chupaba su piruleta de fresa hacía a uno que se le olvidaran los problemas.

¿Qué tendría aquel niño de ojos azules y sonrisa infantil?

El niño ya creció y ahora es tan solo un adolescente. Ya no le gustan las piruletas de fresa; ahora los helados de menta son su pasión. Sus ropas huelen a canela y su piel a chocolate. Una mezcla perfecta, al menos para ese niño no tan niño ya.

Sus ropas son claras y oscuras. Nunca viste de blanco, ni tampoco de negro. Su color favorito es el azul, como el cielo que ilumina todos los días su vida.

Y lo más extraño es que la enfermedad del amor nunca le afectó.

¿Qué le pasaría al ese niño no tan niño, con el corazón cerrado y la vida abierta?

Un secreto que nunca dijo. Una vida oculta en las sombras. Unas alas que lo llevaron al infierno. Un infierno que tuvo que atravesar con tan solo un arma: La Fortaleza.

¿Qué secreto esconde ese chico que se adentró en el infierno y luchó contra sus demonios?

Aún nadie lo sabe. Lo que todos ahora conocen es que, en el centro del Infierno, en un trono envuelto en llamas y rodeado de serpientes, ese chico de ojos azules y sonrisa infantil está ahora sentado en ella, con la mirada fría y perdida en algún punto.

Se cruzó de brazos y sonrió con frialdad. Una sonrisa tan fría que podría haber helado todo el Infierno entero.

¿Y Lucifer?

Que le den.

Mañana devuelvo las firmas. Tengo que estudiar mucho.
¡Gracias!